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EL NOMBRE “JESÚS”: Viene del idioma latín ‘’Iēsus”, y este, del griego antiguo Ἰησοῦς (Iēsoũs), y del hebreo antiguo ישוע (Yēshūa) variante de יהושע (Yəhōshūa), “Dios es Salvación” “Él salvará” [Juan 3:16]
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“DIOS ES SALVACIÓN”, ese es el significado maravilloso y glorioso de nuestro
amado “Salvador” ¡JESÚS! [Mateo 1:21] “Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. También [Jeremías 23:5-6].
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Dios declara en su Palabra, en cualquier Biblia que leamos, que: “Todos están bajo
pecado... No hay justo ni siquiera uno, no hay quien entienda, no hay quien busque
a Dios, a una todos se han desviado y han sido excluidos; no hay quien haga lo
bueno, ni siquiera uno...” “Por cuanto todos han pecado, y están destituidos de la
gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio
de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto,
en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” [Romanos 3:10-12 y 23-26].
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LA PALABRA PECADO: “Pecar” es hacer algo que desagrada a Dios. Toda personanacida en el mundo es un pecador [Salmo 51:5] “Porque en iniquidad fuiconcebido, y en pecados me dio a luz mi madre”. La vida natural del humano especadora porque se centra en uno mismo en vez de en el Eterno Dios su Creador.La naturaleza pecaminosa del hombre nos separa de ese Dios Santo. Los deseos e intenciones de toda persona desde que se es un niño se centran en sí mismo. Está determinado a agradarse a sí mismo y a tener sus deseos cumplidos. La esencia del problema es que, por naturaleza, queremos agradarnos a nosotros mismos. cuando actuamos con naturalidad, como resultado de la naturaleza egoísta con cual nacemos, inevitablemente pecamos y desagradamos a Dios [Romanos 3:23]. El Pecado no solo desagrada a Dios, sino que también separa a las personas que Él ha creado de la gloria que Él pretende para ellos. Esto demuestra la “naturaleza destructiva del pecado”. El pecado separa al hombre de Dios. Desde el nacimiento, cada uno de los hombres está separado de Dios, no le conocen, tampoco pueden disfrutar de comunión con Él. Si esto no fuera así, todo hombre, mujer y niño conocería a Dios su Creador de forma natural, pero por supuesto ¡esto no es así!
ALGUNAS CONSECUENCIAS DEL PECADO:
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Trae culpabilidad [Salmo 51:3-4]
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Trae [muerte] separación de Dios [Isaías 59:1-2]
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Trae pesar a Dios [le pesa al Señor] [Genesis 6:5-7]
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Trae juicio y castigo eterno [Mateo 25:46]
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Trae esclavitud [Romanos 6:17]
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Trae falta de esperanza [Efesios 2:12]
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Trae ceguera espiritual [2 Corintios 4:4
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Trae condenación [Santiago 5:12]
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Causa muerte espiritual [Efesios 2:1]
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Corrompe [Tito 1:15]
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Por la sangre de Jesús el Salvador tenemos redención. Somos redimidos de la mano
y poder del diablo [Efesios 1:7 y Hebreos 9:12] -
Por la sangre de Jesús todos nuestros pecados son perdonados si los confesamos.
Al caminar en la luz con Jesús, su sangre nos limpia continuamente de todo pecado
[1 Juan 1:7-9]. -
Por la sangre de Jesús somos “Justificados”, eso quiere decir “hechos justos”,
“Quita la condonación de la culpa” tal como si nunca hubiéramos “pecado” porque Dios el Padre nos viste con Su propia Justicia en Jesús su Hijo Amado [Romanos 5:9]. -
Por la sangre de Jesús tenemos acceso a la presencia de Dios a cualquier hora para
obtener misericordia y ayuda, en especial en tiempo de necesidad [Hebreos 10:19-20] -
Por la sangre de Jesús somos santificados, hechos santos y apartados para Dios
[Hebreos 13:12] -
Por la sangre de Jesús nuestra conciencia es limpiada de toda culpabilidad y somos
libres en cuerpo, mente, alma y espíritu para servir al Señor Jesucristo [Hebreos
9:14; 2 Timoteo 1:7] -
Entonces tenemos victoria sobre el diablo y le vencemos por la sangre de Jesucristo
y la palabra de nuestro testimonio y menospreciando nuestra vida pecaminosa
hasta la muerte [Apocalipsis 12:11]
Cuando nos convertimos a Jesucristo nuestro Salvador, nos convertimos al Padre eterno y él nos hace sus hijos [Juan 1:12] La conversión se alcanza por medio del “arrepentimiento”, esta palabra “arrepentimiento”, significa ‘cambiar de curso’, también ‘volver atrás’; es decir, cambiar de sentido en nuestro experimentar del mal [1 Reyes 8:47 y Ezequiel 14:6]. Entonces, la palabra “arrepentimiento” ha llegado a significar sencillamente sentir pena por el pecado que hemos cometido contra Dios, contra nosotros mismos y contra el prójimo pero ante todo ante Dios quien es un Dios Santo.
Es un cambio de sentido completo en pensamiento y acción:
1. Nosotros cambiamos nuestro pensamiento:
Existe una nueva perspectiva de la naturaleza, horror y consecuencia del pecado. Existe un reconocimiento de que lo que somos en nosotros mismos es profundamente aborrecible ante un Dios santo [1 Pedro 1:15-16].
2. Nosotros cambiamos nuestras acciones:
Nos volvemos hacia Dios desde nuestra desobediencia, egoísmo y rebelión. Nos
apartamos del pecado y sometemos nuestra vida a Dios y hacemos a Jesús nuestro
Señor. Hacemos de la persona de Jesucristo nuestro Salvador y también nuestro
Señor, es decir que a él se le concede el derecho de intervenir en nuestras vidas
para que el produzca los cambios necesarios para ser agradables al Padre creador
nuestro y de todas las cosas existentes.
Es nuestra responsabilidad el arrepentirnos. Todos hemos pecado y, por tanto, todos
tenemos la necesidad de aceptar la salvación que Jesús nos ofrece porque “Y en ningún
otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el
cual podamos ser salvos” [Hechos 4:12]. En la cruz Jesús pagó el precio de la condenación
por el pecado y nos llevó de nuevo a una relación de confianza y amor para con Dios el
Padre, pero nosotros tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados y luego vivir con
Jesús como nuestro Señor. “Señor” quiere decir que el gobierna y guía nuestras vidas. Dios ya hizo su obra en proveernos a su Hijos como nuestro Salvador y ahora el resto, es asunto nuestro.
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El verdadero arrepentimiento es aquel que ha sido correctamente comprendido:
El arrepentimiento envuelve el reconocimiento de nuestro pecado y su horror a los ojos de un Dios Santo. Dios quiere que veamos el pecado de nuestra naturaleza humana. -
El arrepentimiento es emocional:
Si verdaderamente reconocemos nuestro estado ante Dios tendremos una poderosa reacción emocional [Isaías 6:5]. Envolverá un sentido profundo de ofensa y lamentación por haber ofendido a Dios con nuestro pecado [Salmo 51:9]. El sentimiento por todo lo malo que se hizo aun cuando la conciencia nos redargüía. -
El arrepentimiento es por voluntad propia:
Esto es, El genuino arrepentimiento envuelve la voluntad. El arrepentimiento es un cambio de opinión, de corazón y de propósito; definitivamente, toda la dirección de la vida de uno. Es “conversión”, es un “cambio de sentido” y el principio de una nueva vida bajo el poder de Dios. La iniciativa de este acto de arrepentimiento se encuentra en Dios, en que Él nos muestra nuestra necesidad y nuestro estado ante Él, pero nosotros debemos actuar sobre esta relación [Romanos 2:4]. ¡La elección es nuestra!
Después de haber experimentado nuestro pobre estado en la presencia santa de Dios, Él mismo nos hace gozar de la maravillosa experiencia de la grandeza de su amor y misericordia en el perdón de nuestras ofensas de pecado y maldad. Dios nos dio a su Hijo para que tuviéramos perdón [Juan 3:16-17]. Le costó mucho, pero esto es muestra de cuanto nos ama Dios, mostrando con esto que no desea nuestra perdición eterna.Existe solo una manera para deshacernos de nuestro pecado y eso es por la boca, es decir, “confesarlo”. Dios nos perdonará si nosotros confesamos y a la vez creemos, recibiendo a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Y cuando lo hacemos, Dios se olvida de que hemos pecado. Él borra aquel pecado de su memoria. Ya no necesitamos sentirnos condenados o culpables, porque Dios el Padre nos ha aceptado.
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” [Romanos 2:4]
“Y él dijo: ``El Dios de nuestros padres te ha designado para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas palabra de su boca. Porque testigo suyo serás a todos los hombres de lo que has visto y oído”
[Hechos 22:14-15]